Pueden ser tiempos de crisis económica, terrosismo, dictadura, guerra, todas estas juntas o si hubiese algo peor. Pero es claro que cual sea el contexto que se viva, un cachito de ilusión entusiasmará tibiamente los corazones ansiosos de alegría. Este pedacito de ilusión al que me refiero, lo puede despertar nuestro voleibol que en los 80` hizo enloquecer al pueblo peruano y en la actualidad busca emular participaciones prodigiosas como en las competiciones internacionales de aquellos tiempos.
Vaya tiempos de gloria y satisfacción, tiempos de máximo orgullo donde llegamos a la cima en este deporte gritando ¡punto peruano! Lamentablemente no tuve la inmensa alegría de vivir esos momentos; no obstante, lose por archivos estadísticos, videos en blanco y negro y por lo que me contaron mis padres y abuelos.
Ya es otra época, y por estos tiempos de incontables decepciones que provoca nuestro fútbol, el vóley lleva más lejos nuestras expectativas, es así que tenemos la participación de nuestras representantas en el Mundial de menores en Tailandia. Y no le quitemos crédito a tamaño logro, donde protagonizan este magno evento las grandes potencias de vóley. Ya estamos entre los 8 mejores y todavía podemos colocarnos entre las mejores 4 selecciones del mundo. A nivel de mayores nuestras corajudas voleibolistas obtuvieron el 5to puesto en el Panamericano jugado en Miami ya preparándose para el clasificatorio al mundial, el cual estamos seguros no nos dejaran en la cola de la tabla, por el contrario estamos seguros de una digna participación.
Es admirable que sean las mujeres quienes sacan la cara por el Perú, buena con la gringa Sofía que en el mar se pasea por las olas que deberían ahogar a nuestros futboleros; grande con Kina que debería noquear a la mejor amiga de nuestros angelitos: la cerveza; y como no los elogios para nuestras matadoras que recepcionan la indiferencia, arman una ilusión y matan la mediocridad.
Todo el reconocimiento para ejemplares mujeres, ahora es momento del vóley y de escribir una nueva historia de triunfos. Es positivo el apoyo que se les esta dando a las chicas; aunque se debió hacer mucho antes, ya de nada sirven los reproches. También se puede ver como una subidita al coche, pero lo que hay que ver es el bien de nuestro deporte y aplaudir el anunciado apoyo político que transformará beneficiosamente el vóley incursionando desde divisiones menores. Forjando desde pequeñas la capacidad de las deportistas el resultado será valioso. La calidad nunca es un accidente, siempre es el resultado del esfuerzo inteligente.
Que el tema vóley no sea pasajero, como probablemente lo será. Si se sigue trabajando constantemente y no se le quita el apoyo necesario, los frutos que cosecharemos serán invaluables. Habrá que ir juntando pedacitos, armando despacito un sueño para soñar, hay que alcanzar las alegrías que alguna vez tuvimos, es hora de transformar la esperanza en satisfacción.
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